HOUSTON – Un exoficial de policía del área de Houston fue ejecutado este martes en la prisión de Huntsville, Texas, por contratar a dos personas para matar a su exesposa hace casi 30 años.
Robert Fratta, de 65 años, recibió una inyección letal por la muerte a tiros de su esposa, Farah, en noviembre de 1994, en medio de una polémica disputa por el divorcio y la custodia de sus tres hijos. Fue pronunciado como muerto a las 7:49 pm hora local, 24 minutos después que recibiera una dosis del poderoso sedante pentobarbital.
Fratta organizó el complot de asesinato a sueldo en el que un intermediario, Joseph Prystash, contrató al atacante, Howard Guidry.
Farah Fratta, de 33 años, recibió dos disparos en la cabeza de Guidry en el garaje de su casa en el suburbio de Atascocita, al noreste del área metropolitana de Houston.
EL EXPOLICÍA FUE EJECUTADO EL MARTES EN LA PRISIÓN DE HUNTSVILLE
Robert Fratta, quien fue oficial de policía en Missouri City, afirmó durante mucho tiempo que era inocente.
Los fiscales dijeron que Fratta había expresado en repetidas ocasiones su deseo de ver a su esposa muerta. Prystash y Guidry también fueron condenados a muerte por el asesinato.
Los abogados de Fratta pidieron a la Corte Suprema de Estados Unidos que detenga la ejecución programada en la penitenciaría estatal de Huntsville, bajo el argumento que los fiscales ocultaron pruebas de que un testigo del juicio había sido hipnotizado por los investigadores.
Según afirman, eso la llevó a cambiar su recuerdo inicial de que vio a dos hombres en la escena del crimen, así como a un conductor que se dio a la fuga.
“Esto habría socavado el caso del Estado, que dependía de que solo dos hombres cometieran el acto y dependía de vincular a Fratta con ambos”, escribieron los abogados de Fratta en su apelación ante la Corte Suprema.
Los fiscales han argumentado que la hipnosis no produjo nueva información, ni nueva identificación.
La Corte Suprema y los tribunales inferiores han rechazado previamente las apelaciones de los abogados de Fratta que buscaban revisar los reclamos argumentando que se usaron pruebas insuficientes e instrucciones defectuosas del jurado para condenarlo.
Sus abogados también argumentaron sin éxito que un miembro del jurado en su caso no fue imparcial y que las pruebas balísticas no lo vincularon con el arma homicida.
La Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas se negó unánimemente la semana pasada a conmutar la sentencia de muerte de Fratta por una pena menor o a otorgar una suspensión de 60 días.
Fratta también fue uno de los tres condenados a muerte de Texas que había presentado una demanda para impedir que el sistema penitenciario del estado use lo que, según ellos, son medicamentos de ejecución vencidos e inseguros.
Fratta fue sentenciado a muerte por primera vez en 1996, pero su caso fue anulado por un juez federal que dictaminó que las confesiones de sus cómplices no debieron haber sido admitidas como prueba. En el mismo fallo, el juez escribió que “las pruebas del juicio demostraron que Fratta era egoísta, misógino y vil, con un cruel deseo de matar a su esposa”.
Fue juzgado de nuevo y condenado a muerte en 2009.
Andy Kahan, director de servicios para las víctimas y defensa de Crime Stoppers of Houston y quien ha ayudado a la familia de Farah Fratta durante el caso, dijo que planea presenciar la ejecución, cumpliendo una promesa que le hizo al padre de Farah Fratta, Lex Baquer, quien murió en 2018. Baquer y su mujer criaron a los tres hijos de Robert y Farah Fratta.
“No espero que salga nada de Bob que muestre algún tipo de admisión o algún tipo de remordimiento porque todo siempre ha girado en torno a él”, dijo Kahan.
Fratta es el primer recluso ejecutado este año en Texas y el segundo en EEUU. Otras ocho ejecuciones están programadas en Texas en el 2023.