ALBUQUERQUE - La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) presentó una demanda colectiva en nombre de tres personas recluidas en la Penitenciaría de Nuevo México (PNM) en contra del Departamento Correccional de Nuevo México en un intento de poner fin a la práctica de aislamiento a largo plazo a través del Programa de Manejo de Conductas Depredadoras (PBMP, por sus siglas en inglés) del estado.
“PBMP logra lo contrario de la rehabilitación. Las personas salen del programa en condiciones mucho peores, tanto mental, emocional como físicamente. Tras meses o años de aislamiento, muchas personas tienen dificultades para desenvolverse en entornos normales e incluso pierden la capacidad de conectar emocionalmente con sus familias. Esta práctica desgarra a las familias y no beneficia en absoluto la seguridad pública”, declaró Lalita Moskowitz, abogada gerente de la ACLU de Nuevo México.
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El PBMP se estableció en 2015 como un programa conductual para personas que requerían mayor supervisión, con el objetivo de reducir el comportamiento depredador dentro de la población del Departamento Correccional de Nuevo México (NMCD, por sus siglas en inglés)
El NMCD define el comportamiento depredador como aquel en el que una persona acosa a otras “mediante actos de violencia, extorsión, coerción o conspiración para cometer cualquiera de estos actos”. El PBMP estará encargado de brindarles tratamiento y rehabilitación, incluyendo programas y medicación para la salud mental.
No obstante, ACLU denuncia que esto no se está haciendo de la manera correcta, pues en práctica, “el PBMP funciona como una unidad de aislamiento a largo plazo y no hace nada para reducir el comportamiento depredador ni para proporcionar tratamiento que ayude a las personas a reintegrarse a la sociedad”, aseguró ACLU en un comunicado.
“Este supuesto programa no ofreció nada de lo que prometía. He pedido ayuda para mi ira, ansiedad y TEPT, y solo he encontrado aislamiento y rechazo. Este lugar no nos brinda crecimiento ni un cambio positivo en nuestras vidas, por muy fuertes que sean nuestros gritos de ayuda”, declaró Fusilier, quien ha cumplido más de un tercio de su condena en la unidad PBMP.
Según informó ACLU, cuando Fusilier ingresó al PBMP el año pasado, perdió más de 40 libras en aproximadamente 90 días debido a la mala nutrición, y el personal de PNM no habría atendido sus problemas médicos hasta que se debilitó tanto que apenas podía levantarse de la cama, con el rostro y los ojos visiblemente hundidos.
Expertos en salud coinciden, reportó ACLU en su denuncia, en que el aislamiento, incluso por períodos breves, causa graves daños físicos y psicológicos, como ansiedad, paranoia, alucinaciones, automutilación, empeoramiento de enfermedades preexistentes y un mayor riesgo de suicidio en prisión y tras la liberación.
Actualmente, hay aproximadamente 200 personas confinadas en el programa PBMP en Nuevo México, y estiman que 400 personas han estado confinadas en PBMP durante los últimos tres años, se informó.
La demanda de ACLU argumenta que las condiciones del PBMP violan la prohibición de la Constitución de Nuevo México sobre castigos crueles e inusuales.