ALBUQUERQUE — El fiscal general, Héctor Balderas, anunció el viernes, un día antes de dejar el cargo, los resultados de una revisión de la muerte en julio de Brett Rosenau, de 15 años, adolescente que murió en un incendio residencial luego de que las autoridades, ante un intento de arrestar a un hombre adentro, lanzaran municiones que presuntamente detonaron el fuego.
Balderas manifestó que “las tácticas menos letales para detener al sospechoso antes, habrían mitigado los riesgos fatales”.
Ante esto, hizo un llamado al jefe de policía de Albuquerque, Harold Medina, y al alguacil entrante del condado de Bernalillo, John Allen, para que trabajen juntos en opciones efectivas y no letales cuando se trata de detener a los sospechosos.
Tras el incidente, Medina le pidió a Balderas que dirigiera una investigación sobre incidente. Además, prometió que si se descubre que la policía contribuyó indirectamente a la muerte de Rosenau, “tomaremos medidas para asegurarnos de que esto nunca vuelva a suceder”.
El incidente ocurrió el 6 de julio en la noche, cuando un operativo SWAT llegó a la cuadra 8100 del suroeste de la avenida San Joaquín en busca de Qiaunt Kelley por violar su libertad condicional. Los oficiales también querían interrogarlo en relación con una investigación de homicidio y un tiroteo.
Kelley se atrincheró dentro de su casa con Rosenau y los oficiales, en un intento de hacerlo salir, lanzaron municiones químicas. Una hora después, la casa estaba ardiendo en llamas, Kelley se entregó y fue llevado al hospital. Mientras que, según las autoridades, Rosenau murió en el incendio por inhalar humo.