Ucrania

Alemania, Dinamarca y Holanda enviarán tanques Leopard a Ucrania

En un comunicado conjunto, los ministros de Defensa de los tres países dijeron que el envío de los Leopard 1 era parte de un esfuerzo “para apoyar a Ucrania en su intento de soportar la agresión rusa”.

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KIEV, Ucrania — Alemania, Dinamarca y Holanda dijeron el martes que planean enviar a Ucrania un centenar de tanques Leopard 1 renovados.

Alemania acordó el mes pasado permitir el envío de tanques Leopard 2, más modernos.

En un comunicado conjunto, los ministros de Defensa de los tres países dijeron que el envío de los Leopard 1 era parte de un esfuerzo “para apoyar a Ucrania en su intento de soportar la agresión rusa”.

“Esto mejorará significativamente el potencial militar de Ucrania para la restauración de su integridad territorial violada”, dice el comunicado, y añade que la entrega se realizará “en los próximos meses” e incluirá apoyo logístico y entrenamiento.

Por otra parte, los bombardeos rusos alcanzaron más objetivos civiles en Ucrania, provocaron un incendio en un hospital y daños en cinco edificios de apartamentos, dijeron funcionarios locales el martes.

Las autoridades ucranianas reportaron un aumento de las tropas de Moscú en el este antes de lo que Kiev sospecha que es una inminente nueva ofensiva en torno al primer aniversario de la invasión rusa.

Un hospital de la ciudad nororiental de Vovchansk se incendió el lunes en la noche tras el bombardeo, explicó el Servicio Estatal de Emergencias de la provincia de Járkiv en un comunicado en internet.

Además de en el hospital municipal de dos plantas, el ataque provocó múltiples incendios en la localidad, añadió.

Los equipos de emergencias evacuaron a ocho civiles del lugar antes de apagar las llamas, que no causaron víctimas, según las autoridades.

La región de Járkiv fue ocupada por los rusos tras la invasión a gran escala que comenzó el 24 de febrero. Pero Ucrania recuperó su control luego de una contraofensiva el año pasado.

El anticipado ataque ruso podría tratar de recapturar el territorio que Moscú perdió entonces.

Las autoridades ucranianas prevén que la nueva ofensiva se desarrollará en el este y el sur del país, en un intento del Kremlin por asegurar las zonas que se anexionó de forma ilegal y donde dice que su dominio es bienvenido.

Las fuerzas rusas se están “reagrupando” en su intento de romper las líneas ucranianas en cinco zonas del este y el noreste, dijo el ejército de Kiev.

Moscú centraba sus esfuerzos cerca de las ciudades de Lyman, Bajmut, Avdiivka y Novopavlivka, en la provincia oriental de Donetsk, así como en Kupiansk, en Járkiv, explicó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

En Donetsk, el Kremlin continuó con los bombardeos sobre Vuhledar, una ciudad minera que ha sido uno de sus objetivos clave, de acuerdo con la oficina de la presidencia ucraniana, que señaló que cinco edificios residenciales quedaron destruidos en la localidad, que antes de la guerra tenía 14.000 habitantes.

Tras mucho debate, es una decisión importante para la OTAN que se muestra sin miedo a Putin

Donetsk ha registrado una notable llegada de soldados rusos en los últimos días, según el gobernador provincial, Pavlo Kyrylenko.

“El traslado de las unidades del ejército ruso continúa día y noche. Los bombardeos (rusos) se intensifican, la presión de los rusos se intensifica cada día”, apuntó en declaraciones a la televisora ucraniana.

Rusia se prepara también para una gran ofensiva en Luhansk, justo al norte de Donetsk, dijo su gobernador, Serhii Haidai, en televisión.

La cantidad de ataques rusos sobre la región aumentó “de forma drástica” el lunes y durante la noche, agregó.

“Los ocupantes están buscando puntos débiles y han llevado muchos equipos y miles de soldados a la línea del frente”, declaró Haidai.

Una docena de ciudades y pueblos de Járkiv también sufrieron bombardeos rusos en las últimas 24 horas, según la oficina presidencial.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó su preocupación ante el posible recrudecimiento de los combates a medida que se termina el invierno.

Las perspectivas de paz “siguen reduciéndose” y “las posibilidades de una mayor escalada y derramamiento de sangre siguen aumentando”, afirmó en un discurso el lunes en la noche.

Los reveses en el campo de batalla han puesto en aprietos al Kremlin, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, desea consolidar el respaldo popular a la guerra. Se espera que garantizar el control sobre la región industrial oriental del Donbás, en la frontera rusa, sea uno de los principales objetivos.

Pero algunos analistas militares se muestran escépticos acerca de la capacidad de Moscú para armar una nueva ofensiva de gran calado en las próximas semanas. Tanto Ucrania como Rusia siguen formando a nuevos soldados y acumulando armamento.

El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña dijo en un reporte el martes que el Kremlin está “exigiendo que unidades con poca dotación y sin experiencia consigan objetivos poco realistas debido a la presión política y profesional”.

“Es probable que los líderes rusos sigan exigiendo avances aplastantes”, agregó. “Sigue siendo improbable que Rusia pueda acumular las fuerzas necesarias para afectar de forma sustancial al resultado de la guerra en las próximas semanas”.

Mientras, los bombardeos mantienen a la población civil ucraniana bajo presión en algunas zonas del país.

Rusia disparó seis misiles y lanzó dos docenas de ataques aéreos, además de 75 ataques contra objetivos civiles en Járkiv, Donetsk, Dnipropetrovsk y Jersón en las últimas 24 horas, indicó el Estado Mayor ucraniano en un comunicado el martes.

Unas 60.000 viviendas se quedaron sin agua corriente en Marhanets luego de que un bombardeo ruso cerca de la planta nuclear de Zaporiyia cortó el suministro eléctrico de una estación de bombeo local, según las autoridades.

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