SANTA FE — La orden de emergencia de salud pública de Nuevo México se simplificó el viernes, y funcionarios estatales de salud argumentaron que los cambios eran necesarios dada la evolución del virus, la naturaleza cambiante de la pandemia y las nuevas recomendaciones adoptadas por el gobierno federal.
La medida surgió luego de que la principal agencia de salud pública del país relajara sus guías del COVID-19 y eliminara la recomendación de que los estadounidenses se pongan en cuarentena si entran en contacto cercano con una persona infectada. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, según sus siglas en inglés) también anunciaron que las personas ya no necesitan mantenerse al menos a 6 pies de distancia de los demás.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, David Scrase, comunicó que está claro por la adopción de medidas menos restrictivas por parte de los CDC que Estados Unidos, incluido Nuevo México, se encuentra en un lugar diferente al de hace dos años.
“Durante los últimos ocho meses, nos hemos destacado en la implementación de herramientas para minimizar la propagación de COVID-19, como vacunas, refuerzos, pruebas en el hogar y tratamientos orales que han ayudado a reducir las hospitalizaciones y las muertes”, dijo Scrase en un comunicado.
Entre los cambios para Nuevo México, los funcionarios estatales explicaron que el Departamento de Salud ya no requerirá pruebas semanales para los trabajadores de la salud cuyo estado de vacunación no esté actualizado.
Los empleados y voluntarios que trabajen en centros correccionales estatales aún deberán vacunarse contra el COVID-19, a menos que califiquen para una exención. También se aconsejó a los hospitales, hogares de ancianos y otras instalaciones que evaluaran los niveles de transmisión comunitaria de los CDC en sus regiones y adoptaran precauciones más estrictas, si fuera necesario.
La orden de Nuevo México estará vigente hasta el 26 de agosto.
