ALBUQUERQUE — Este jueves una jueza sentenció a la madre de una niña de Albuquerque que fue estrangulada y desmembrada, a 12 años de prisión por su papel en la muerte de la menor. Seis de esos años ya se cumplieron.
El castigo para Michelle Martens fue dictado por un juez de distrito de Nuevo México durante una audiencia virtual. Martens apareció en la pantalla con un overol naranja del centro de detención, donde ha estado recibiendo tratamiento y terapia.
Descrita como una reclusa modelo, Martens se secó las lágrimas cuando su abogado defensor recordó ante el tribunal cómo su hija, Victoria, era una niña hermosa a la que le iba bien en la escuela, se portaba bien y era querida por los vecinos del complejo de apartamentos donde vivían.
La juez estatal de distrito, Cindy Leos, dijo que los niños que se portan bien generalmente provienen de hogares donde los padres involucrados los aman y los cuidan. Señalando la evidencia y el testimonio recopilados durante múltiples procedimientos judiciales, Leos sugirió que ese era el caso en la casa de Martens antes de que Michelle Martens se involucrara con, Fabián Gonzales, un hombre con un pasado criminal.
“Se aprovechó de la Sra. Martens y ella estaba en una posición en ese momento de su vida en la que él la manipulaba fácilmente y no podía ver lo que estaba haciendo y el grave riesgo que representaba para su familia. Sin embargo, tenemos una niña pequeña que ya no está con nosotros debido a algunas de las decisiones que tomó la Sra. Martens”, manifestó la jueza.
Martens se declaró culpable en 2018 de abuso infantil imprudente que resultó en muerte, como parte de un acuerdo de culpabilidad. Su novio en ese momento, Fabian Gonzales, y su prima, Jessica Kelley, también fueron declarados culpables de varios cargos, entre estos, abuso infantil y sentenciados a décadas de prisión.
La muerte de Victoria Martens, en su décimo cumpleaños, conmocionó a la comunidad. Un oficial que respondió a un reporte de un disturbio en horas de la madrugada en el apartamento encontró los restos de la niña en una bañera, parcialmente envueltos en una manta que había sido incendiada.
Los abuelos de la niña y otras personas que conocían a Michelle Martens dijeron en el momento del asesinato que estaban desconcertados sobre cómo Martens se involucró con Gonzales y Kelley.
Gonzales fue sentenciado en octubre a 37 años y medio de prisión. En su caso, los fiscales habían pedido una sentencia máxima de 40 años. Leos combinó dos de los cargos de manipulación de pruebas relacionados con la extracción de partes del cuerpo de la víctima, lo que resultó en una pena de prisión un poco más corta.
Durante su juicio, los fiscales dijeron que aunque Gonzales no mató a Victoria Martens, puso en marcha eventos que crearon un ambiente peligroso que condujo a la muerte de la niña. Gonzales se había mudado al departamento con Martens y su hija.
Según los investigadores, Gonzales había permitido que Kelley se quedara en el apartamento poco después de que Kelley saliera de prisión. Los investigadores determinaron que Martens y Gonzales no estaban en la casa cuando mataron a Victoria, pero que Kelley sí estaba ahí.
Los fiscales dijeron que Victoria fue asesinada por un hombre desconocido o por Kelley, quien estaba usando metanfetamina y actuando paranoica ese día. Los abogados de Gonzales argumentaron que Kelley mató a la niña y luego trató de encubrirlo.
El caso sigue abierto y las autoridades buscan a un hombre no identificado con base en pruebas de ADN.
El abogado de Michelle Martens, Gary Mitchell, le dijo a la corte que ella ha estado participando en múltiples programas mientras estuvo bajo custodia y que sería una buena candidata para la rehabilitación comunitaria. A pesar de las burlas de otros reclusos, su equipo de defensa dijo que Martens ha mantenido la calma, está haciendo el trabajo necesario como parte de su terapia y ha aprendido habilidades de afrontamiento.
Leos ordenó que Martens continúe con el tratamiento una vez que sea liberada y en libertad condicional supervisada.
